8 de junio de 2016

Rosquillas de anís caseras

Rosquillas de anís caseras



Ingredientes

2 huevos
750 g aproximadamente de harina (la que admita)
200 g de azúcar
250 ml de leche
100 ml de aceite
1 sobre de levadura o polvo de hornear (16 g)
60 ml de anís
ralladura de un limón
una pizca de sal
aceite de girasol para freír
azúcar para rebozar

Rosquillas de anís caseras: preparación de la receta


1.- Casca los huevos en un bol y añade el azúcar. Bate hasta blanquearlos y verás que han aumentado de volumen.

2.- Añade una pizca de sal, el aceite, la leche, el anís y la ralladura del limón. Bate bien de nuevo. Mezcla la mitad de la harina con la levadura química o polvo de hornear y tamiza encima del bol. Bate bien.
3.- Añade la harina poco a poco hasta que la masa se espese. Debe quedar una masa blanda que cuesta remover con la cuchara o espátula.




4.- Espolvorea la superficie de trabajo con harina, vierte la masa y trabájala hasta que tenga la consistencia deseada. Debe quedar blanda, pero que puedas trabajarla con las manos para formar las rosquillas de ançis caseras. Te indico la cantidad final pero es orientativa porque se incorpora la que admita (un término muy usual en la jerga de nuestras abuelas).

5.- Tapa con un paño y deja reposar unos diez minutos para que sea más manejable.
6.- Transcurridos los diez minutos, con las manos enharinadas, toma una porciones de masa del tamaño de una nuez y modela churritos frotándola entre tus manos. Junta las puntas con un poco de presión


7.- En una sartén con abundante aceite (en este caso he usado el de girasol porque no aporta sabor), fríe las rosquillas de anís caseras. Deja que se doren por los dos lados. Si fuera necesario, añade más aceite cuando veas que se baja el nivel porque si las rosquillas tocan la base de la sartén, se queman enseguida. Recuerda que la levadura química o polvo de hornear hará que crezcan mucho, así que deja una buena separación entre ellas al freír. En la imagen te enseño la diferencia de tamaño entre una rosquilla cruda y una frita.
8.- Cuando hayan crecido dales la vuelta y cuando se doren déjalas encima de un papel de cocina absorbente para quitar el exceso de aceite. Mientras estén calientes, pásalas por un plato en el que hayas colocado azúcar y rebózalas.
9.-Déjalas en un plato o rejilla para que se enfríen. Una vez frías, guárdalas en una caja de lata. Aguantarán varios días. Aunque se sequen, que se secan, las rosquillas de anís caseras siguen estando muy ricas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario